Parte de la pretemporada se trata de meter altimetría y fuerza. Esta vez nos tocó subir al Nevado de Colima desde El Fresnito, que es el pueblo que está en la base, hasta las antenas, que es la parte más alta a la que se puede llegar rodando. La misión era no parar hasta llegar a arriba.
Iniciamos el ascenso alrededor de las 8am y desde que tomamos la brecha sabía que no habría más que para arriba… subir, subir y subir.

Comencé sintiéndome bien y con fuerza. Fotografía: Rodrigo Flores
Robert sería mi pacer la primera parte de la subida. Rodamos juntos los primeros 10km aproximadamente y después lo pasé. Comencé si sintiéndome bien y con fuerza.
La distancia desde la carretera al primer portón (Puerto Las Cruces) son 16.5km. Esta subida ya la conozco y sabía perfectamente en donde estaba en cada momento, pero siempre la última parte Justo antes de llegar al portón, mentalmente me cuesta trabajo por qué se me hacen eternos los últimos 1.5km de esa sección. Por fin llego al portón y me tomo un Perpetuem que dejé listo con el staff de mi equipo y a seguirle rumbo a las antenas. Ya faltaba poco pero sabía que venía lo más fuerte, 5km aproximadamente en mayor altura y con piernas agotadas.

Ya faltaba poco pero sabía que venía lo más fuete. Fotografía: Rodrigo Flores
A mentalizarme, era la primera vez que lo realizaba de corrido. Ya se empezaba a sentir un poco más la altura, la respiración algo más agitada, pero la mente seguía firme. Al poco tiempo llegué al segundo portón que está justo antes de llegar a La Calle y ahí estaba Perlita, ya que es el último punto a donde se puede llegar en vehículo. Mientras grababa con la GoPro, no dejaba de echarme ánimos, que es mi otra fuente de energía (Gracias Perlita).
Continúo por La Calle y paso el último portón, ahora si… viene lo bueno. Sigo mi trayecto hacia las antenas y adelante me topo con una familia que iba a pie y una de ellos me pregunta «¿Tú eres Alejandra?» a lo que respondo que sí. En ese momento, toda la familia comenzó a echarme porras y darme ánimos diciéndome que ya faltaba poco «¡Tú puedes!»… eso fue como recargar mi energía de nuevo. Al poco tiempo veo en el piso un mensaje de «Tu puedes, ya falta poco»… ¡No podía rendirme!
Por fin llego a la última parte, donde ya se ven las antenas. El oxígeno ya no llega igual a las piernas, mi coordinación ya no es la misma, estoy agotada. Llego al mirador y me detengo pensando que ahí era el último punto de registro pero no, me gritan que tenía que seguir subiendo hasta la última curva. ¡Ya no podía! Como pude, me subí de nuevo a la bicicleta y me dispuse a terminar. En la siguiente curva, patiné la llanta y no me pude ni desengrapar. Venía la subida más pesada y la tuve que caminar. Las piernas apenas me sostenían pero ya estaba a nada de terminar. Me vuelvo a subir a la bicicleta y terminé con lo poco que me quedaba en las piernas.

Las piernas apenas me sostenían.
Fotografía: Rodrigo Flores
Al llegar, sostuvieron mi bicicleta y solo pude dar unos cuantos pasos antes de sentarme (dejarme caer). Las piernas me temblaban, me dolía todo. Tomé agua, comí un poco, y ya más consciente me fui a acostar a una piedra a descansar y digerir lo que acababa de hacer.
Aquí estoy… lo logré. A 4,000m con 2,400m positivos en 24km. Y cómo siempre agradecida millones con mi equipo Trincado Sport, con mi coach Ramón Escobar (Pollo), con mi esposo y con todos los que me acompañaron en este reto.
Fotografía: Rodrigo Flores
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